DE LA EDUCACIÓN
ESPECIAL A LA EDUCACIÓN INCLUSIVA
José Manuel Juárez
Núñez*, Sonia Comboni Salinas** y Fely Garnique Castro***
RETOS PARA AVANZAR
HACIA UNA ESCUELA INCLUSIVA
El desarrollo de una educación
inclusiva implica cambios en la política educativa, en el sistema educativo, en
el funcionamiento de las escuelas y en las actitudes y prácticas de los actores
de la educación. Estas modificaciones tienen que ver con:
a) Cambios en las políticas, las normativas y los sistemas educativos.
• Fortalecimiento de la
responsabilidad del Estado para asumir los costos de una educación para todos
con equidad, justicia y calidad para la construcción de una sociedad más justa
y equitativa, en la que todos los ciudadanos en el ejercicio de sus derechos
democráticos se desarrollen física, intelectual y profesionalmente, alcanzado
una calidad de vida digna.
• Ampliación de la cobertura y de
la calidad de los programas de educación y cuidado de la primera infancia: la
equidad y la calidad en la educación que brinde mejores oportunidades a niños y
niñas que, por sus condiciones individuales, sociales o culturales, se encuentran
en situación de desventaja, constituyen tal vez el mayor desafío.
• Flexibilidad de la oferta
educativa en todas las etapas. Mayor flexibilidad y diversificación de la
oferta educativa para asegurar que todos logren, en la medida de sus
posibilidades, las competencias básicas establecidas en el currículo escolar.
• Recursos de apoyo para los
docentes. La escuela de integración, como la inclusiva, requiere apoyos que
brindan los auxiliares del maestro en clase, para los alumnos con NEE. Pero es
la escuela y el sistema mismo los que deben modificarse para logar el éxito
esperado. Un apoyo valioso es el que se pueden prestar las escuelas entre sí;
es importante fomentar redes de trabajo entre escuelas y entre los sistemas de
educación regular y especial, que se reúnan para reflexionar conjuntamente e
intercambiar experiencias.
• Políticas educativas e
intersectoriales que promuevan la inclusión en todos los niveles educativos. La
escuela inclusiva con su enfoque social basado en derechos, implica la apertura
de todos los niveles del sistema educativo a los ciudadanos con y sin NEE,
garantizando una educación de calidad y una formación para la vida y el
trabajo, lo que conlleva la sensibilización del sector social productivo para
brindar oportunidades de empleo a los egresados.
• Legislación y normativas
educativas e intersectoriales. Si bien el modelo escolar de la integración es
aceptado y cuenta con legislación favorable, la educación inclusiva aún debe
abrirse camino en la legislación educativa del país para su desarrollo y
fortalecimiento.
• Redes de trabajo intersectorial
entre diferentes sectores responsables del bienestar de las personas con
discapacidad. Es necesaria la articulación entre los diferentes sectores
gubernamentales y la sociedad para colaborar principalmente en temas
relacionados con la educación, el empleo y la salud.
b) Cambios en las actitudes y las prácticas educativas.
• Valoración de la diversidad
como un elemento que enriquece el desarrollo personal y social. El cambio
cultural de la sociedad para valorar y respetar la diversidad y lo diferente es
una de las condiciones necesarias para el desarrollo de una educación
inclusiva. El Estado debe incidir en esta transformación de las actitudes de
los ciudadanos.
• Un currículo amplio y flexible
como condición necesaria para transformar no sólo el aula, sino el sistema
educativo a fin de hacerlo incluyente desde la educación inicial hasta la
superior e instrumento para responder a la diversidad y garantizar la calidad
de la educación.
• Los enfoques metodológicos y la
pedagogía deben estar centrados en el alumno, mediante el modelo de educación
personalizada, por una parte, pero organizar el trabajo áulico en función de
las necesidades y competencias específicas de cada uno, por la otra. Uno de los
mayores desafíos es romper con la cultura homogeneizadora de las escuelas y la
enseñanza transmisora y frontal que considera que todos los alumnos son iguales
y aprenden de la misma forma.
• Criterios y procedimientos
flexibles de evaluación y de promoción. La evaluación debe ser diferenciada
para los alumnos con NEE, de acuerdo con el currículo especial que se haya
elaborado para ellos, cuidando de no segregarlos del resto del grupo. La
evaluación diagnóstica debería tener como finalidad identificar el tipo de
ayudas y recursos que precisan para facilitar su proceso de
enseñanza–aprendizaje y de desarrollo personal y social.
• Proyectos educativos de toda la
escuela que contemple la diversidad y compromiso de cambio. La elaboración de
un proyecto educativo acompañado del proyecto curricular para la atención a la
diversidad a fin de responder a las necesidades de todos los alumnos y alumnas.
• Una pedagogía fundamentada en
el trabajo y el aprendizaje colaborativo para que los alumnos aprendan y
participen plenamente. Participación de los padres y de la comunidad. La
educación inclusiva hace de la escuela una comunidad en la que todos los
involucrados deben participar, estableciendo relaciones de cooperación y
solidaridad.
• Formación de los docentes y
otros profesionales. Formación psicopedagógica que les dote de competencias
para una actividad pedagógica innovadora con niños y niñas sin y con NEE.
• Renovación de planes de
estudio, lo cual implica la renovación de los planes y programas de la
licenciatura y de los cursos de capacitación. Es importante la revaloración
social del maestro y salarios acordes a sus responsabilidades en una escuela
como la inclusiva.
Debería publicar sus aportes.
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