RESPUESTA A LA
DIVERSIDAD, UN GRAN DESAFÍO
El desarrollo de escuelas
inclusivas que acojan y den respuesta a la diversidad del alumnado es
probablemente uno de los principales desafíos que enfrentan los sistemas
educativos en la actualidad, y un factor clave para avanzar hacia una educación
de calidad que sea pertinente para todas las personas y no solo para ciertos
grupos sociales
Es una realidad que las escuelas
están sometidas a una serie de presiones que conducen a la discriminación y
exclusión de numerosos estudiantes de las oportunidades educativas, tales como
la estandarización, la competencia entre escuelas por alcanzar mejores
resultados y obtener recursos, las crecientes exigencias en materia de
conocimiento, con la consecuente sobrecarga curricular, y el predominio de
ciertos tipos de aprendizaje, entre otras. La superación de estas barreras
requiere promover cambios sustantivos, tanto en el ámbito de las políticas como
en la cultura, organización y prácticas de las escuelas, con el fin de
garantizar el acceso, la permanencia, la participación y el aprendizaje de
todos los estudiantes.
Las escuelas con una orientación
inclusiva constituyen una vía fundamental para hacer efectivo el derecho a la
educación en igualdad de condiciones, para contribuir al desarrollo de
sociedades más justas y para fomentar una cultura de respeto y valoración de
las diferencias sociales, culturales e individuales. Educar en y para la
diversidad permite conocer y convivir con personas que tienen capacidades,
situaciones y modos de vida distintos, desarrollar valores de cooperación y
solidaridad y construir la propia identidad.
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